miércoles, 29 de junio de 2011

Crónica negra

No hay de qué preocuparse. No hubo ningún incidente que tiñera de negro el pasado fin de semana. Todo tiene una explicación. Y ésta, la crónica negra, también. Como os conté en el anterior post, el domingo también tuvo una parte negra, pero literal. El motivo no es otro que la visita a uno de los denominados "pueblos negros" de la provincia de Guadalajara, en los que la piedra de pizarra es el elemento característico en la arquitectura de las casas que lo conforman.

Parecía que habíamos viajado en el tiempo y que nos habían trasladado allí: a lo alto de una montaña, con unas vistas impresionantes. Lejos se encontraban las bulliciosas calles del centro de Madrid y el paisaje y el entorno en el que nos encontrábamos invitaban a la desconexión. Restos de calles empedradas, casas en proceso de reconstrucción y un silencio solo interrumpido por el lejano cauce del río hacían de La Vereda -como así se denomina el pueblo- el mejor sitio para disfrutar de la recta final del fin de semana.

Es curioso ver cómo son las construcciones y cómo hoy, en pleno siglo XXI, se puede vivir -es más, a veces se desearía vivir- con lo básico. Visitanto sitios así es cuando comprendes cómo hay gente que deja su vida y su rutina diaria en la ciudad para instalarse en pueblos como éste y comenzar una nueva aventura. Creo que algún día me lo tendré que plantear. Mientras tanto, os dejo algunas fotos por si alguno se anima...

 Bienvenidos a La Vereda
La plaza de Oriente
La iglesia
Un ejemplo de construcción con pizarra
Y con mis compañeros de aventura...

lunes, 27 de junio de 2011

Cultura y Medio Ambiente

Tras una intensa semana de trabajo -con networking incluido- no creáis que he tenido un delirio politico y me quiera postular como próximo ministro. Son dos de las palabras que mejor definen mi fin de semana. La tercera, amistad, estará presente en todo el post, ya que esta mini aventura la he compartido con dos buenos amigos.

Aunque se preveía un fin de semana de ola de calor, ni siquiera eso, el calor, pudo con nuestras ganas de disfrutar de Madrid y comenzamos la ruta el sábado a mediodía con unas tapas. La elección, recomendación de Enrique, todo un acierto: de tapas al 9, en Alonso Martínez. Croquetas de cabrales, ensaladilla rusa, revuelto... y de postre: tarta de chocolate!!!! Un menú de muerte para tomar fuerzas para la intensa jornada.

Tras la comida y a riesgo de derretirnos en el asfalto continuamos la ruta hacia el Palacio Real. No todos los días tiene uno la ocasión de estar delante de La dama del armiño, uno de los cuadros de Leonardo Da Vinci. De la exposición no hay mucho que decir: algunas piezas curiosas pero, personalmente, lo que más me gustó fue el cuadro.

Y para mitigar el calor infernal, nada mejor que una copa. Una cita obligada: El Mercado de la Reina, en Gran Vía. Quizás uno de los sitios donde mejor ponen el gin en Madrid. Como no, tirando de la recomendación que otro amigo me hizo en la anteior visita, una Brookman -sí, sí, Michele, esta vez me la tomé, jaja-. Aunque, sin duda alguna, y hablando de temas gastronómicos, nada mejor que la cena: unos quesos portugueses, una crema, un delicioso pollo con almendras, y un exquisito pastel de queso gracias a Enrique y Curro.


Como no todo va a ser comer y beber en esta vida, el domingo nos lanzamos a la aventura, cogimos el coche y a conocer la sierra madrileña y parte de la de Guadalajara.
Primera parada: un embalse construido en la sierra de Madrid, en pleno siglo XIX. Una impresionante obra que nunca llegó a ponerse en uso, pero que merece la pena visitar: unas vistas espectaculares y una arquitectura interesante.
Continuamos con la ruta a través de caminos y pistas forestales hasta los cuales sería incapaz de llegar de nuevo y llegamos a la siguiente parada: el embalse y presa del Vado, ya en la provincia de Guadalajara. Otra construcción espectacular y un paisaje que invitaban al relax... y a meterse en el agua con el calor asfixiante que hacía.


Cita gastronómica en Retiendas, en el único bar del pueblo, antes de dirigirnos a uno de los sitios más bonitos que he visto en mucho tiempo: el monasterio de Bonaval. Perdido en medio de un bosque encontramos este monasterio cisterciense de la Edad Media. Una maravilla arquitectónica de la que aún quedan bastantes restos. Creo que las explicaciones sobran; mejor que veáis las imágenes.
Uno de los pórticos de acceso al monasterio
No se aprecia muy bien, pero junto a la roseta hay un reloj de sol

La nave central y el ábside
Parte de la nave lateral

Algunas delas columnas están casi intactas
Y quedan algunos capiteles como este
Subimos hasta una de las cúpulas... toda una aventura
Y el mejor reflejo de un sitio como este, que enamora a cualquiera, es esta foto. Increíble...

Mañana, la crónica negra de la jornada...

domingo, 19 de junio de 2011

Una historia optimista

Sí, ya sé que hace una semana que estuve por aquí y que me quedaba por contar la segunda parte del fin de semana de cumpleaños, pero la cosa se ha complicado y no ha habido tiempo para casi nada.

Pues bien, a modo de resumen, el fin de semana pasado siguió igual de bien que comenzó. Tapas, copas, risas, buenos amigos y disfrutando de todos los momentos. Paseo, hamburguesa en el Home de la plaza de los cines Luna (todo una cita obligada para tomar las mejores hamburguesas de Madrid), cafelito y copa en la terraza del Mercado de la Reina (en la Plaza de Vázquez de Mella). A ver, no es la terraza del Óscar, que está allí mismo, pero la verdad es que los precios están bastante bien y es de agraceder la "pachorra" de los camareros. Sí, sí, por una vez en mi vida dí gracias porque los camareros no fueran atentos y pasaran ampliamente de nosotros, porque así pudimos disfrutar de la charla en terraza, que se estaba de arte... Luego paseo por el Retiro para ver la Feria del Libro, aunque había demasiada gente, y continuamos la ruta hacia Alonso Martínez. La cerveza del "descanso del guerrero" antes de la última parada, con aires japo, en el Mercado de San Antón. Esta vez no hubo tarta de postre, pero la visita mereció la pena. Un finde bastante completo.



Visita al Home con Ramón

Tarde al sol en el Mercado de la reina

Un poco de allí y de aquí

Y después de esta intensa semana en la que he tenido un poco de todo (trabajo, trabajo, y más trabajo) aquí estoy aprovechando las últimas horas del domingo. Sin duda alguna, lo mejor del fin de semana, además de la celebración del cumpleaños de nuevo ayer (es lo que tiene tener esta agenda social) ha sido la lectura de un libro que os recomiendo. "Todo lo que podriamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo", de Albert Espinosa. Un gran descubrmiento. La historia en sí es un tanto extraña, pero lo realmente importante son los mensajes que contiene. Os pongo una de las frases que más me ha gustado del libro "Un abrazo no debe ser de diez segundos, ni de treinta, puede durar ocho minutos si es necesario".  Cuánta razón. Así que nada, con esta recomendación, y con un abrazo -del tiempo que necesiteis- me marcho. ¡Buena semana a todos!

domingo, 12 de junio de 2011

Un cumpleaños 5 estrellas

Cumplir años es motivo de alegría y de celebración. Y este año, la celebración ha sido por todo lo alto. 30 años en la 30.
Un sitio espectacular, unas vistas inmejorables y una carta que merece la pena probar. Al parecer el chef, Iván Sánchez creo que se llama, es bastante reconocido. Yo no lo había oído nunca, pero la verdad es que la carta es muy buena. Comida de autor, muy bien combinada, y con buen precio. No hay tanto que temer las cinco estrellas del hotel, porque en el Volvoreta (mariposa en gallego) se puede permitir uno un homenaje sin que la visa tiemble.



PD: Gracias a todos por las felicitaciones del viernes. Me di cuenta de que tengo muuuuuuuchoooooossssss amigosssssssssss!!!

lunes, 6 de junio de 2011

Caminos de ida y vuelta

Todo camino tiene un inicio... y un final. Un motivo, una razón. Son caminos de ida y vuelta. Caminos de amistad, caminos de trabajo, caminos de relax... Qué placer es viajar!!! No hay nada mejor que coger una maleta, algo de ropa y montarse en un tren. Disfrutar de la lectura, de un poco de música o, simplemente, del paisaje. Pueblos, ciudades, y campos pasan fugazmente ante nuestra mirada invitándonos a imaginar, a descubrir...

A veces hay que lanzarse a la aventura, montarse en un tren y escaparse a algún lugar a descansar, a desconectar de la ciudad. Dejar a un lado la rutina diaria: trabajo, casa, estudios... y disfrutar de cada momento, de cada rincón. Y si es en buena compañía, mucho mejor. Así que solo me queda decir a todos: bienvenidos a este tren. Espero que disfrutéis del recorrido y compartáis la experiencia...

Buena semana a todos!!!

miércoles, 1 de junio de 2011

Una Hendriks con pepino. Español, claro.

Me iba a resistir a escribir de este tema, pero la verdad es que no lo he podido hacer. Llevo varios días dándole vueltas a una cosa: ¿Qué va a ser de nosotros ahora cuando vayamos a un bar y pidamos una Hendriks? Pues yo lo tengo muy claro: la mía con pepino, español claro.

Vaya tela la que se ha montado con los pepinos. Que si tienen la bacteria, que si no la tienen, que si están contaminados, que si no lo están... Y después de todo, resulta que no, que se pueden comer con tranquilidad. Y mientras tanto, miles y miles de kilos de pepino tirados a la basura y miles de agricultores perdiendo dinero. Un poquito de por favor, señores alemanes!!!!

Yo lo tengo muy claro: voy a seguir comiendo pepino español; lo que no tengo tan claro es que vaya a seguir comiendo salchichas, alemanas. Por si están contaminadas...

Ahora, una cosa sí que hay que agradecer con todo esto que se ha liado. Hemos podido ver a TODOS los políticos españoles con un pepino en la boca. Más grande, más pequeño, más fino, más grueso... pero todos se han metido un pepino en la boca... Y ahí lo dejo.... Aunque ahora, si hay una imagen que me ha impactado es ver a una política andaluza con una bata blanca y con un pepino en la boca -¿había necesida de eso?-

En fin, que como no voy a hablar de política y no me quiero #indignar voy a terminar pidiendo una cosa: #ponmeunahendriksconpepino-español