miércoles, 1 de junio de 2011

Una Hendriks con pepino. Español, claro.

Me iba a resistir a escribir de este tema, pero la verdad es que no lo he podido hacer. Llevo varios días dándole vueltas a una cosa: ¿Qué va a ser de nosotros ahora cuando vayamos a un bar y pidamos una Hendriks? Pues yo lo tengo muy claro: la mía con pepino, español claro.

Vaya tela la que se ha montado con los pepinos. Que si tienen la bacteria, que si no la tienen, que si están contaminados, que si no lo están... Y después de todo, resulta que no, que se pueden comer con tranquilidad. Y mientras tanto, miles y miles de kilos de pepino tirados a la basura y miles de agricultores perdiendo dinero. Un poquito de por favor, señores alemanes!!!!

Yo lo tengo muy claro: voy a seguir comiendo pepino español; lo que no tengo tan claro es que vaya a seguir comiendo salchichas, alemanas. Por si están contaminadas...

Ahora, una cosa sí que hay que agradecer con todo esto que se ha liado. Hemos podido ver a TODOS los políticos españoles con un pepino en la boca. Más grande, más pequeño, más fino, más grueso... pero todos se han metido un pepino en la boca... Y ahí lo dejo.... Aunque ahora, si hay una imagen que me ha impactado es ver a una política andaluza con una bata blanca y con un pepino en la boca -¿había necesida de eso?-

En fin, que como no voy a hablar de política y no me quiero #indignar voy a terminar pidiendo una cosa: #ponmeunahendriksconpepino-español

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