Cuando un alumno se sienta en clase en la última fila su actitud no tiene por qué denotar falta de atención por la materia; en ocasiones, simplemente se trata de una cuestión de perspectiva. Desde primera fila solo se ve al profesor y, desde la última, se puede analizar el comportamiento de toda la clase. Y no por estar, precisamente, en la última fila no tenemos nada que decir; se puede, incluso, llegar a llamar la atención del profesor. Algo así es lo que nos muestra el montaje El chico de la última fila, un montaje que reflexiona sobre la relación entre profesor y alumno.
Si bien lo normal es que el alumno tenga como referente al profesor, en esta ocasión es éste el que queda asombrado por la capacidad del alumno. Germán, profesor de Secundaria, descubrirá la vida de un misterioso alumno de la última fila tras leer la redacción de éste sobre "El pasado fin de semana". Se entabla así entre los dos una relación intensa y que puede llegar a ser peligrosa, no solo para ellos, sino también para los que les rodean.
El montaje, que regresa a la Sala Cuarta Pared donde se estrenó la pasada temporada, es autoría del Premio Nacional de Teatro, Juan Mayorga, y se desarrolla en una clase en la que los pupitres de los alumnos se van transformando para recrear el universo personal de cada uno de los personajes. Una interesante propuesta que llega de la mano de la compañía La fila de al lado y que ha conseguido no solo el reconocimiento de la crítica y el público, sino que también ha obtenido importantes galardones.
El chico de la última fila. Sala Cuarta Pared.
Del 18 de abril al 12 de mayo
De miércoles a sábado a las 21 horas
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